Derrota histórica para Israel: La CIJ dictamina que es plausible que Israel esté cometiendo genocidio

El pueblo palestino pide que se ejerza la máxima presión para detener el genocidio y desmantelar el apartheid.

Campaign Area

Boicot académico

Visión general

Las universidades israelíes son cómplices importantes, intencionales y persistentes del régimen israelí de ocupación, colonialismo de asentamiento y apartheid.
Están involucradas en el desarrollo de sistemas de armamento y doctrinas militares desplegadas en los crímenes de guerra cometidos por Israel en el Líbano y Gaza; en justificar la colonización constante de las tierras palestinas; en racionalizar la limpieza étnica gradual de la población palestina indígena; en proporcionar una justificación moral para los asesinatos extrajudiciales; en discriminar sistemáticamente a las y los estudiantes “no judíos”; y en otras violaciones implícitas y explícitas de los derechos humanos y del Derecho Internacional.
Para poner fin a esta complicidad en las violaciones del Derecho Internacional por parte de Israel, la sociedad civil palestina ha pedido un boicot académico a las instituciones académicas israelíes cómplices. Porque se niegan a normalizar la opresión, muchas asociaciones académicas, gobiernos y gremios estudiantiles, así como miles de académicos/as de todo el mundo, apoyan el boicot académico a Israel.
BDS

¿Por qué?

¿Por qué boicotear las universidades israelíes?

Durante décadas, las universidades israelíes han desempeñado un papel clave en la planificación, aplicación y justificación de las políticas de ocupación y apartheid de Israel, manteniendo al mismo tiempo una relación singularmente estrecha con el Ejército israelí. La Universidad de Tel Aviv, por ejemplo, ha desarrollado decenas de sistemas de armamento, así como la “doctrina Dahiya” o de fuerza desproporcionada, empleada por el Ejército israelí para cometer crímenes de guerra contra la población civil palestina y libanesa.
En 2011, la Universidad de Johannesburgo rompió los vínculos con la Universidad Ben Gurión por su complicidad en las violaciones de los derechos humanos cometidas por Israel, incluyendo el robo de agua palestina. Un estudio de Human Rights Watch reveló la discriminación racial institucionalizada contra la población palestina en todo el sistema educativo de Israel, incluidas las universidades.

Descubre más

Las universidades constituyen una parte integral del establishment militar israelí y de su papel en la violación de los derechos del pueblo palestino.
Ejemplos:
- Technion desarrolla tecnologías de drones militares teledirigidos y buldóceres militarizados a control remoto, que se utilizan para demoler viviendas palestinas.
- La Universidad de Tel Aviv fue responsable del desarrollo de la “doctrina Dayhiya”, que plantea el uso de fuerza desproporcionada contra la infraestructura civil, y fue aplicada por las fuerzas de ocupación israelíes en sus masacres de población civil en Gaza.
- Los graduados del programa militar Talpiot de la Universidad Hebrea, patrocinado por la Fuerza Aérea y el Ejército de Israel, cursan estudios militares superiores mientras sirven en el Ejército, utilizando así su experiencia para fomentar la investigación y el desarrollo de tecnología militar.

Las universidades israelíes constituyen un factor clave de la infraestructura ideológica del régimen colonial israelí, y producen conocimientos que contribuyen a la subyugación del pueblo palestino.
En asociación con Elbit, uno de los principales fabricantes de armas israelíes, Technion ha desempeñado un papel fundamental en la construcción y vigilancia del muro de Israel, declarado ilegal por la Corte Internacional de Justicia en 2004.
Las universidades israelíes a menudo participan directamente en la colonización israelí de tierras palestinas. La Universidad Hebrea, por ejemplo, ha participado en la confiscación de tierras palestinas en Jerusalén Este ocupada. Algunos de los alojamientos para estudiantes de la universidad se encuentran en una colonia ilegal israelí.

La Asociación para los Derechos Civiles en Israel (ACRI) ha condenado las medidas disciplinarias de las universidades israelíes contra las y los estudiantes palestinos que en 2014 protestaban en las redes sociales por el apoyo incondicional de sus universidades a la masacre de Israel en Gaza.
Un estudio de Human Rights Watch documenta la discriminación institucionalizada contra la población palestina en las universidades israelíes y en su sistema escolar segregado.
Un alto funcionario de Educación israelí calificó una vez a la población beduina palestina (con ciudadanía israelí) “beduinos sedientos de sangre que cometen poligamia, tienen 30 hijos y continúan expandiendo sus asentamientos ilegales, apoderándose de tierras estatales”.
La incitación racial contra la población palestina se ha convertido en un fenómeno generalizado en las universidades israelíes. El discurso extremista antiárabe e islamófobo de los académicos israelíes, como el que aboga por disuadir a los combatientes palestinos violando a sus hermanas y madres, casi nunca desencadena medidas disciplinarias.
 

El ataque implacable y deliberado de Israel contra la educación palestina, que algunos han denominado recientemente academicidio, se remonta a la Nakba de 1948, cuando saqueó y/o destruyó decenas de miles de libros palestinos.
Durante la primera Intifada (1987-1993), Israel cerró todas las universidades palestinas (algunas durante varios años), las 1194 escuelas primarias y, finalmente, los jardines de infantes, lo que llevó a la población palestina a construir una “red ilegal” de escuelas clandestinas.
A las y los académicos y estudiantes palestinos se les niega sistemáticamente sus derechos básicos, incluyendo la libertad académica, y a menudo se les somete a encarcelamiento, denegación de la libertad de movimiento, e incluso ataques violentos.
En su ataque contra Gaza en 2014, Israel tomó como blanco por lo menos 153 escuelas (de las cuales 90 eran administradas por la ONU) y a la universidad más grande, según UNICEF.
Las universidades israelíes no sólo han guardado silencio, sino que en muchos casos han apoyado o justificado directamente la constante supresión de la educación palestina por parte del Estado.

Dada la complicidad de décadas de las universidades israelíes en la violación de los derechos del pueblo palestino, en 2004 la Campaña Palestina para el Boicot Académico y Cultural a Israel (PACBI) hizo un llamamiento a boicotear todas las instituciones académicas israelíes.
En armonía con la definición internacionalmente aceptada de libertad académica, las directrices de PACBI establecen cómo debe aplicarse el boicot a las instituciones israelíes, no a los individuos. Piden específicamente:
- Rechazar cualquier forma de cooperación académica y cultural con las instituciones israelíes.
- Abogar por un boicot integral de las instituciones israelíes a nivel nacional e internacional.
- Promover la desinversión en Israel por parte de instituciones académicas internacionales.
- Trabajar para lograr la condena institucional de las políticas israelíes.
- Apoyar directamente a las instituciones académicas y culturales palestinas sin exigirles que se asocien con sus homólogas israelíes.

Impacto

¿Qué está pasando?

El boicot académico a Israel está poniendo de relieve el papel que desempeñan las universidades israelíes en la opresión colonial del pueblo palestino. Con el apoyo de miles de académicos/as y de muchas asociaciones académicas de todo el mundo, la campaña ha tenido algunos logros notables.

Hitos

La Universidad de Johannesburgo rompe los lazos con la Universidad Ben Gurión

Tras un llamamiento firmado por 400 académicos/as de todas las universidades sudafricanas, incluyendo a 9 rectores, el Senado de la Universidad de Johannesburgo votó a favor de que su relación formal con la Universidad Ben Gurión de Israel terminara el 1° de abril de 2011. El llamamiento también contó con el apoyo de las principales centrales sindicales del país, entre ellas COSATU y NEHAWU.

Asociaciones y sindicatos se unen al boicot académico

El boicot académico cuenta con el apoyo de asociaciones académicas de todo el mundo, como la American Studies Association, la National Women's Studies Association y la African Literature Association, de Estados Unidos, entre otras. El Sindicato de Docentes de Irlanda, la Federación de Estudiantes Francófonos de Bélgica (FEF), la Unión Nacional de Estudiantes (NUS) del Reino Unido, la Junta de Representantes Estudiantiles de la Universidad de Qatar (QUSRB), los sindicatos de docentes de la Universidad de Nueva York y de la Universidad de Massachusetts Amherst, entre otros, han apoyado el boicot académico a Israel.

Miles de académicos/as se adhieren a las declaraciones de boicot académico

Miles de académicos/as de Sudáfrica, Estados Unidos, Reino Unido, India, Suecia, Irlanda, Brasil, Bélgica, Italia y otros países han firmado declaraciones en apoyo del boicot académico institucional a Israel.

¡Actúa!

Desde que las y los académicos palestinos lanzaron la campaña en 2004, el boicot académico se ha extendido con éxito a países y universidades de todo el mundo. Involúcrate hoy, especialmente si estás en la academia, trabajas o estudias en una universidad. La Campaña Palestina para el Boicot Académico y Cultural a Israel (PACBI) está para apoyar tu campaña o responder a cualquier pregunta. Sólo tienes que ponerte en contacto escribiendo a: pacbi@bdsmovement.net

¡Corre la voz!

Nos inspira ver cuántas personas apoyan el boicot académico una vez que se informan y lo entienden. Haz clic en cualquiera de los botones de abajo para compartir la sección sobre boicot académico de este sitio web con amistades y colegas.

Ideas

Firmar una declaración de apoyo al boicot académico

Actualmente hay declaraciones para que las y los académicos firmen para mostrar su apoyo al boicot académico a Israel en varios países, entre ellos: Estados Unidos, Sudáfrica, Canadá, el Reino Unido, Bélgica, Italia, Francia, España, Brasil, India, Líbano, Jordania, entre otros. Si enseñas o trabajas en una universidad, firmar una declaración así es una buena manera de mostrar tu solidaridad con la comunidad académica palestina.
Ponte en contacto para más información

Obtener más información y demostrar apoyo

Infórmate sobre lo que la comunidad académica palestina está pidiendo echando un vistazo a nuestra sección de Directrices.
Lee las directrices

Organizate para que una asociación o sindicato apoye el boicot académico

Trabajar para conseguir que una asociación académica o sindicato apoye el boicot académico a Israel es una gran forma de conseguir apoyo para la causa palestina. Podemos ayudarles con ideas, estrategias, recursos y modelos de resolución.

Investiga los vínculos con las universidades y empresas de armamento israelíes

Muchas universidades de todo el mundo, especialmente en Occidente, tienen algún tipo de relación institucional con universidades o empresas militares israelíes cómplices. Antes de hacer campaña o de introducir el tema del boicot académico en una universidad, puede ser útil averiguar qué vínculos tiene cada universidad en particular. Buscar en los sitios web de las universidades, usar la libertad de información, buscar en bases de datos (como la base de datos Cordis de la Unión Europea), o simplemente escribir al personal pertinente de la universidad son buenos puntos de partida.

Comienza una campaña de boicot académico en el campus

Una campaña de boicot académico en el campus tiene por objetivo convencer a una universidad de que ponga fin a la relación institucional que mantiene con una universidad o empresa israelí cómplice, y convencer a académicos/as y estudiantes de que boicoteen a las universidades israelíes. Pónganse en contacto para obtener apoyo e ideas sobre cómo empezar.
Contáctanos

Correr la voz en tu universidad

Muchas personas desconocen las formas en que Israel ha atacado y socavado persistentemente el derecho palestino a la educación, incluida la libertad académica, y el papel fundamental que desempeñan las universidades israelíes en las violaciones del Derecho Internacional por parte de Israel. Repartir folletos, colocar carteles u organizar eventos educativos (¡cuanto más creativos e inclusivos, mejor!) es una buena forma de crear conciencia en el campus.

Invita a un/a orador/a u organizar un debate o charla

La organización de un evento con oradores, un debate o una charla puede ser una buena forma de reunir a la gente para discutir y aprender sobre el boicot académico.

Campaña contra la participación de Israel en programas internacionales

Los organismos gubernamentales ayudan a normalizar las violaciones del Derecho Internacional por parte de Israel facilitando su participación en programas internacionales de investigación tales como el programa Horizonte 2020 de la UE, la Fundación Binacional de Ciencia Estados Unidos-Israel (BSF), la Asociación de Investigación e Intercambio Académico Gran Bretaña-Israel (BIRAX) y los programas de la OCDE. Presiona a tu gobierno para que ponga fin a esta forma de apoyo al colonialismo de asentamiento y al apartheid israelíes.

Construye solidaridad directa con las universidades palestinas

Además de hacer campaña para boicotear las instituciones académicas israelíes, es importante que establezcamos vínculos académicos directos de solidaridad con las universidades y la comunidad académica palestina. Contáctennos o contacten a nuestras organizaciones asociadas para conversar más a fondo sobre esto.

Directrices

La referencia para el boicot académico es la Campaña Palestina para el Boicot Académico y Cultural a Israel (PACBI), un colectivo de académicos/as, artistas y trabajadores/as de la cultura de Palestina. PACBI es miembro fundador del Comité Nacional Palestino de BDS (BNC), la coalición de la sociedad civil palestina que lidera el movimiento BDS y dirige el sitio web: BDSmovement.net. PACBI ha establecido pautas detalladas que describen los principios del boicot académico y cómo debe ser implementado. Lo que sigue a continuación es un resumen de esas directrices detalladas. Su objetivo es dar una idea general de cómo funciona el boicot académico. Si quieres averiguar si una institución, proyecto o evento es boicoteable o no, es importante que consultes  las directrices completas o te pongas en contacto con PACBI.

Boicot académico - un resumen

Las instituciones académicas israelíes son una parte clave del régimen de ocupación, colonialismo de asentamiento y apartheid. PACBI insta a boicotear y trabajar para la cancelación de toda forma de cooperación con instituciones académicas israelíes, incluyendo eventos, actividades, acuerdos o proyectos con ellas. PACBI también insta a boicotear las iniciativas de propaganda que promueven a Israel o blanquean sus violaciones del Derecho Internacional. El boicot académico es un boicot a instituciones académicas israelíes cómplices, no a individuos. Este boicot debe continuar hasta que las instituciones académicas israelíes reconozcan los derechos del pueblo palestino tal como se establecen en el llamamiento al BDS y pongan fin a todas las formas de complicidad en las violaciones del Derecho Internacional por parte de Israel.


Específicamente, las siguientes actividades son una violación del llamado de PACBI al boicot:

Esto incluye la convocatoria a reuniones de organismos, asociaciones internacionales y actividades académicas en Israel, o misiones de investigación que reciben financiación de Israel, sus instituciones cómplices o sus grupos de presión internacionales.

Esto incluye acuerdos/proyectos de cooperación e investigación conjunta entre: a) universidades del todo el mundo e instituciones académicas israelíes o empresas cómplices, en particular empresas militares; b) gobiernos de todo el mundo (u organizaciones como la Unión Europea) y el gobierno israelí; c) empresas de todo el mundo e instituciones académicas israelíes.

Las actividades académicas internacionales que reciben financiación de Israel, sus grupos de presión o sus universidades son boicoteables.

Los discursos (incluyendo los debates) en foros internacionales por parte de funcionarios estatales israelíes o representantes de instituciones académicas cómplices son boicoteables.

Esto incluye programas de intercambio y de ‘estudios en el extranjero’ en universidades israelíes, los cuales están diseñados para ofrecer a las y los estudiantes internacionales una ‘experiencia positiva’ de Israel, encubriendo su ocupación y denegación de los derechos palestinos. Esto también incluye a estudiantes internacionales que se matriculan, o enseñan, o realizan investigaciones, en programas de grado o de posgrado en una institución israelí.

Los premios otorgados a funcionarios/as del Estado de Israel, o a instituciones israelíes cómplices, o a sus representantes, son boicoteables.

En el contexto palestino, la normalización se refiere a cualquier actividad que cree la impresión de que Israel es un Estado como cualquier otro y que el pueblo palestino (el oprimido) e Israel (el opresor) son igualmente responsables del “conflicto”. Lejos de cuestionar el injusto statu quo, estos proyectos contribuyen a su perdurabilidad y son intelectualmente deshonestos, y por eso deben ser boicoteados. No obstante, un proyecto conjunto palestino/árabe-israelí no es boicoteable si: a) la parte israelí del proyecto reconoce la integralidad de los derechos del pueblo palestino según el Derecho Internacional (correspondientes a los tres derechos del llamado al BDS); y b) el proyecto/actividad es de ‘co-resistencia’ y no de coexistencia.

Así como la membresía de Sudáfrica fue suspendida en organismos académicos (y otros) internacionales durante el apartheid, también debe ser suspendida en el caso de Israel.

La publicación o la referencia de artículos en revistas pertenecientes a universidades israelíes cómplices es boicoteable.

Las y los académicos internacionales que deciden revisar a título personal el trabajo académico de docentes o estudiantes de las universidades israelíes no están en conflicto con las directrices del boicot, siempre y cuando sus nombres no sean utilizados por esas universidades de ninguna manera. Sin embargo, estar en una junta de revisión, por ejemplo, violaría el boicot.


Boicots de sentido común

El boicot académico palestino se dirige contra las instituciones académicas israelíes, no contra personas de la academia. Quienes defienden la justicia en todo el mundo pueden pedir un boicot o una protesta contra un/a integrante de la academia, sea o no israelí, como respuesta a su complicidad, responsabilidad o defensa de las violaciones del Derecho Internacional u otras violaciones de los derechos humanos. Mientras que la libertad académica individual debe ser plena y consistentemente respetada en el contexto de los boicots académicos, un/a integrante de la academia, sea o no israelí, no puede estar exento/a de ser objeto de este tipo de boicot por ‘sentido común’.

Libertad académica

PACBI suscribe la definición internacionalmente aceptada de libertad académica adoptada por el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas (UNESCR) El movimiento BDS se opone a todas las formas de racismo, incluyendo la islamofobia, el antisemitismo y la discriminación por cualquiera de los motivos prohibidos por la ONU. El boicot institucional que pide la sociedad civil palestina rechaza el boicot a personas sobre la base de su identidad, y no pide el boicot a israelíes integrantes de la academia simplemente por su afiliación a una universidad cómplice. No obstante, esto no excluye del boicot a quienes son representantes de las instituciones israelíes cómplices (como el presidente o el vocero de una universidad).

Preguntas frecuentes

Siendo el órgano del Comité Nacional Palestino de BDS (BNC) encargado de supervisar los aspectos relativos al boicot académico y cultural, la Campaña Palestina por el Boicot Académico y Cultural a Israel (PACBI) ha abogado, desde 2004, por un boicot a las instituciones académicas y culturales israelíes. Esto se basa en que estas instituciones son profundamente cómplices en la planificación, implementación, justificación y/o encubrimiento del sistema de opresión israelí que ha negado al pueblo palestino sus derechos básicos garantizados por el Derecho Internacional, o que ha obstaculizado el ejercicio de estos derechos, incluyendo la libertad académica y el derecho a la educación. Hay un número creciente de israelíes anticoloniales que apoyan el BDS, incluyendo el boicot cultural a Israel. El movimiento BDS se opone a todas las formas de discriminación, incluyendo la islamofobia, el antisemitismo y la discriminación por motivos de nacionalidad. El boicot académico es un boicot a las instituciones israelíes, no a las personas. El movimiento BDS rechaza el boicot a personas en base a su identidad, y no pide el boicot de académicos/as israelíes simplemente por su pertenencia a una universidad cómplice. No obstante, esto no excluye del boicot a académicos/as israelíes que aparecen como representantes de una institución cómplice (como el presidente o el portavoz). Tampoco excluye de los boicots de ‘sentido común’ a académicos/as israelíes que apoyan o participan en violaciones del Derecho Internacional y de los derechos humanos. Nota: Las Directrices de PACBI para el Boicot Académico Internacional a Israel son la guía autorizada para el boicot académico a Israel. Se pueden leer aquí. Este resumen sólo presenta lo esencial de dichas directrices.

Porque el boicot a las instituciones académicas de Israel puede presionarlas para que pongan fin a su complicidad de décadas en la violación de los derechos palestinos, y puede aislar aún más al régimen de opresión de Israel.

Las instituciones académicas son una parte clave del andamiaje ideológico e institucional del régimen israelí de ocupación, colonialismo y apartheid contra el pueblo palestino. Las universidades israelíes son profundamente cómplices en el desarrollo de sistemas de armamento y doctrinas militares desplegadas en los crímenes de guerra cometidos por Israel en Gaza y el Líbano; en la justificación de la colonización continua de las tierras palestinas; en la racionalización de la limpieza étnica gradual de la población palestina originaria; en la justificación moral de los asesinatos extrajudiciales y de los ataques indiscriminados contra la población civil; en la discriminación sistemática de las y los estudiantes “no judíos” en la admisión a las universidades, en el acceso a residencias estudiantiles, a ayuda financiera, etc.; y en muchas otras violaciones implícitas y explícitas de los derechos humanos y del Derecho Internacional. Algunas universidades israelíes, como Ariel y la Universidad Hebrea, fueron construidas total o parcialmente como colonias en el territorio palestino ocupado, en violación del Derecho Internacional.

Absolutamente. Cuando se lanzó en 2004, la convocatoria de PACBI fue aprobada por la Federación Palestina de Sindicatos de Profesores y Funcionarios Universitarios (PFUUPE), la Federación General Palestina de Sindicatos (PGFTU), la Red Palestina de ONG (PNGO) y muchas otras redes de la sociedad civil. El llamamiento de PACBI, que más tarde fue aprobado oficialmente por el Consejo Palestino para la Educación Superior (CHE), está en consonancia con el llamamiento autorizado del CHE a la “no cooperación en los campos científico y técnico entre las universidades palestinas y las israelíes".

El boicot académico que pedimos es institucional. El BNC, incluyendo a PACBI, defiende el derecho universal a la libertad académica. El boicot institucional que pide la sociedad civil palestina no entra en conflicto con esa libertad. PACBI se adhiere a la definición internacionalmente aceptada de libertad académica adoptada por el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas (UNESCR, por su sigla en inglés), anclado en preceptos del Derecho Internacional y de los Derechos Humanos universales. El movimiento BDS, incluyendo a PACBI, rechaza por principio los boicots a personas individuales basados en su identidad (como la ciudadanía, la raza, el género o la religión) o en su opinión. No obstante, si una persona representa al Estado de Israel o a una institución israelí cómplice (como un decano, un rector o un presidente), o si se le encarga o se le contrata para que participe en los esfuerzos de Israel por ‘reinventarse’ a sí mismo, entonces sus actividades están sujetas al boicot institucional que el movimiento BDS está pidiendo. Por lo tanto, la mera afiliación de académicos/as israelíes a una institución académica israelí no es motivo para aplicar el boicot.

Nota: Las Directrices de PACBI para el Boicot Académico Internacional a Israel son la guía autorizada para el boicot académico a Israel. Se pueden leer aquí. Este resumen sólo presenta lo esencial de las directrices.

Sí, las Directrices para el Boicot Académico Internacional a Israel pueden leerse aquí. Si algo no está claro o necesita más orientación para discernir en una situación ambigua, como sucede en muchos casos, por favor escríbanos a: pacbi@pacbi.org.

No. Nuestro boicot académico se dirige a instituciones, no a personas. La única excepción es cuando una persona es representante oficial de una institución académica israelí cómplice, no simplemente afiliada a ella. Sin embargo, y más allá del alcance de los criterios de boicot institucional de PACBI, un/a integrante de la academia, sea o no israelí, puede ser objeto de un boicot por ‘sentido común’, exigido por personas de conciencia de todo el mundo, como respuesta a su flagrante complicidad con, responsabilidad en o defensa de crímenes de guerra u otras violaciones graves de los derechos humanos, o su incitación a la violencia. A este nivel, las y los académicos israelíes deben ser tratados como cualquier otro criminal de la misma categoría, ni mejor ni peor.

Nota: Las Directrices de PACBI para el Boicot Académico Internacional a Israel son la guía autorizada para el boicot académico, y pueden leerse aquí 

El boicot académico que pedimos es institucional y, por lo tanto, no entra en conflicto con la libertad académica. El BNC, incluyendo a PACBI, defiende el derecho universal a la libertad académica. PACBI suscribe la definición internacionalmente aceptada de libertad académica adoptada por el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas (UNESCR por su sigla en inglés). Las y los académicos israelíes pueden perder privilegios, no derechos, debido al boicot a sus instituciones.

Algunos opositores al boicot académico pueden argumentar, sin embargo, que contraviene la libertad académica porque, si ha de ser eficaz, no puede sino perjudicar a las personas que integran la comunidad académica. Este argumento es problemático en muchos niveles. Ignorar la supresión real y sistemática por parte de Israel de los derechos humanos palestinos, incluida la libertad académica, y centrarse únicamente en la hipotética violación de la libertad académica israelí que el boicot supuestamente implicaría, es hipocresía (por no decir otra cosa). El ataque implacable y deliberado de Israel contra la educación palestina, que algunos han denominado academicidio, se remonta a la Nakba de 1948, es decir, la limpieza étnica sistemática de la mayoría de la población nativa palestina para establecer un Estado de mayoría judía en Palestina. La tesis de un investigador israelí revela que en ese período decenas de miles de libros palestinos fueron robados de hogares, escuelas y bibliotecas en Jerusalén, Jaffa, Haifa, Safad y otros lugares, saqueados y destruidos por las milicias sionistas −y más tarde israelíes−. En las primeras semanas de la primera Intifada palestina (1987-1993), Israel cerró todas las universidades palestinas (algunas, como Birzeit, durante varios años consecutivos), y luego cerró las 1.194 escuelas palestinas de Cisjordania ocupada (incluyendo Jerusalén Este) y Gaza. Después le tocó a los jardines de infancia, hasta que todas las instituciones educativas de los territorios palestinos ocupados fueron cerradas por la fuerza. Esto llevó a la sociedad civil palestina a construir una “red ilegal” de escuelas clandestinas. A las y los académicos y estudiantes palestinos se les niegan sistemáticamente sus derechos básicos, incluida la libertad académica, y a menudo se les somete a encarcelamiento, denegación de la libertad de circulación, e incluso a ataques violentos contra ellos mismos o sus instituciones. Si el ejercicio de la libertad académica está condicionado al respeto de otros derechos humanos, y a asegurar lo que Judith Butler llama las “condiciones materiales para el ejercicio de esos derechos”, entonces está claro que es la libertad académica de las y los docentes y estudiantes palestinos la que se ve gravemente obstaculizada, debido a la ocupación y a las políticas de discriminación racial, y −por lo tanto− la que debe ser defendida. La población palestina con ciudadanía israelí también ha sufrido durante décadas el racismo estructural que impregna el sistema educativo de Israel. Según Human Rights Watch: “La discriminación en todos los niveles del sistema educativo [israelí] expulsa a una proporción cada vez mayor de niñas y niños árabes palestinos a medida que avanzan en el sistema escolar, y aleja a quienes perseveran de las oportunidades de acceder a la educación superior. Los obstáculos a los que se enfrentan las y los estudiantes árabes palestinos desde el jardín de infantes hasta la universidad funcionan como una serie de coladores con agujeros progresivamente más finos.” Finalmente, aunque el boicot académico a Israel no socava la libertad académica, las y los fundadores de PACBI, en armonía con el profundo compromiso del movimiento BDS con los derechos humanos universales, han argumentado sistemáticamente que esta libertad no debería ser privilegiada por encima de otros derechos humanos. La Conferencia Mundial de Derechos Humanos 1993 proclamó: “Todos los derechos humanos son universales, indivisibles (...) interdependientes e interrelacionados. La comunidad internacional debe tratar los derechos humanos en su conjunto de manera justa y equitativa, en pie de igualdad y con el mismo énfasis.”

No. El boicot no se dirige a personas ni impide que las y los académicos israelíes se relacionen con académicos/as e instituciones internacionales. Un intercambio puede ser objeto de boicot solo si forma parte de una relación institucional con una institución israelí cómplice.

Absolutamente no. Las directrices del BDS distinguen entre relaciones coercitivas y voluntarias. La población palestina con ciudadanía israelí −aquella que permaneció firme en sus tierras después del establecimiento del Estado de Israel en 1948, a pesar de los reiterados esfuerzos por expulsarla, y de someterla a la ley militar, la discriminación institucionalizada o el apartheid− vive bajo el apartheid israelí. Como ciudadanas/os y contribuyentes, no pueden dejar de participar en las relaciones cotidianas, incluyendo emplearse en lugares de trabajo israelíes y utilizar servicios e instituciones públicas como escuelas, universidades y hospitales. Estas relaciones coercitivas no son exclusivas de Israel, y estuvieron presentes en otros contextos coloniales y de apartheid, como la India y Sudáfrica, respectivamente. No se puede pedir razonablemente a la ciudadanía palestina de Israel que corte esos lazos, al menos no todavía. Al mismo tiempo, si bien el BDS no alienta a la población palestina de los territorios ocupados en 1967 a matricularse en instituciones académicas israelíes −a menos que se vea obligada a ello−, no considera que esa matriculación sea una violación de las directrices del boicot. No hay doble rasero cuando la comunidad oprimida llama al mundo exterior a boicotear instituciones que ella misma no puede boicotear debido a las condiciones coercitivas de vida bajo el apartheid o el dominio colonial. Tener la opción de boicotear o no las instituciones académicas cómplices, como tienen las personas académicas de todo el mundo, genera una responsabilidad ética que está ausente cuando uno no tiene otra opción. Sobre la base del mismo principio, no se puede esperar que las personas israelíes, como ciudadanas y contribuyentes, boicoteen las instituciones académicas israelíes.

En lo que respecta a los derechos del pueblo palestino según el Derecho Internacional, las universidades israelíes son un pilar del régimen israelí de ocupación, colonialismo de asentamiento y apartheid. La suposición de que son ‘progresistas’ y están ‘a la vanguardia en la defensa de los derechos palestinos’ es falsa; es el resultado de una propaganda sin fundamento y de fabricaciones difundidas principalmente por Israel, incluso por académicos israelíes sionistas. La censura y la denegación de libertad académica en las universidades israelíes han sido bien documentadas por académicos palestinos e israelíes. La discusión sobre temas fundamentales como la Nakba, el derecho de la población refugiada palestina a regresar, el sionismo, la complicidad de las instituciones académicas israelíes en proyectos de asentamiento colonial y de apartheid, etc., está a menudo prohibida en el campus. Cuando el historiador israelí Ilan Pappé supervisó la tesis de posgrado de un estudiante judío sobre una de las masacres cometidas por milicias sionistas durante la Nakba, sufrió graves consecuencias institucionales y particulares. Además, la suposición de que ‘la mayoría’ de la comunidad académica israelí es ‘progresista’, según cualquier definición objetiva del término, es totalmente falsa. Una abrumadora mayoría de la academia israelí se opone incluso a defender las exigencias más básicas de libertad académica para la comunidad palestina. En 2008, expresando “gran preocupación por el continuo deterioro del sistema de educación superior en Cisjordania y la Franja de Gaza”, cuatro integrantes de la academia israelí redactaron una petición en la que solicitaban a su gobierno que “permitiera a estudiantes y docentes palestinos el libre acceso a todos los campus en los territorios ocupados”. Aunque la petición fue enviada a los más de 9.000 integrantes de la academia israelí, sólo 407 la firmaron −algo más del 4%−.

Claramente. Pregunten a los líderes israelíes. El presidente israelí Reuven Rivlin ha descrito recientemente el boicot académico a Israel como una “amenaza estratégica de primer orden”. La “amenaza” aquí se refiere al papel que desempeña este boicot en el debilitamiento de todo el régimen de ocupación y apartheid de Israel, dado el papel central de la academia en este sistema.  Durante décadas, Israel ha logrado proyectar en Occidente una falsa imagen de democracia, encubriendo su prolongada denegación de los derechos palestinos. El mundo académico israelí siempre ha sido el principal difusor de esta propaganda, contribuyendo a blanquear los crímenes de Israel y permitiéndole que siga oprimiendo al pueblo palestino con impunidad. Con el crecimiento del boicot académico a Israel, este papel está siendo socavado, y el verdadero rostro de Israel como régimen de opresión está siendo revelado al mundo como nunca antes. El ex presidente israelí Shimon Peres explicó la conexión: “Israel ha sido bendecido con muchos talentos que fabrican muchos productos excelentes. Para exportar, se necesitan buenos productos, pero también buenas relaciones. Entonces, ¿por qué hacer las paces? Porque si la imagen de Israel empeora, comenzará a sufrir boicots.”

Sí, una gran diferencia. El BDS pide un boicot a las instituciones israelíes, no a los individuos. El boicot sudafricano contra el apartheid se dirigió tanto a instituciones como a personas. Quienes siguen siendo reacios, por principio, a apoyar un boicot dirigido expresamente contra las instituciones académicas de Israel, mientras que en el pasado apoyaron, o incluso lucharon por aplicar un boicot académico mucho más amplio contra los docentes y las universidades del apartheid sudafricano, tienen dificultades para explicar esta peculiar incoherencia.

Aunque obviamente no se espera que las y los académicos israelíes de conciencia que apoyan al BDS boicoteen a las universidades israelíes, han apoyado el boicot académico a Israel de varias maneras. Todas esas personas han abogado públicamente por los derechos palestinos, contribuyendo así a la lucha contra la deshumanización del pueblo palestino por parte de Israel. La mayoría ha hecho un llamamiento a académicos/as e instituciones del todo el mundo para que no sigan haciendo ‘business as usual’ con las instituciones israelíes, hasta que pongan fin a su profunda complicidad en el régimen de opresión contra la población palestina. Muchos/as han desempeñado un papel indispensable en la denuncia del sistema de colonialismo y apartheid de Israel, ya sea a través de su trabajo académico o de sus declaraciones públicas.

Pocas formas de presión han provocado tanta alarma en el establishment colonial israelí como el creciente movimiento de desinversión en las universidades estadounidenses, el creciente apoyo a un boicot académico institucional a Israel entre las asociaciones académicas estadounidenses, y el boicot silencioso ejercido por muchas personas académicas en todo el mundo. Israel se da cuenta −tanto como la sociedad palestina y nuestros partidarios− de que un boicot académico efectivo y completo a Israel dañaría irreversiblemente a la “Marca Israel” y alimentaría los crecientes boicots económicos y, eventualmente, las sanciones. Después de todo, las instituciones académicas de Israel han sido uno de los pilares de su régimen de opresión, desempeñando un papel importante en la planificación, implementación, justificación y encubrimiento de los crímenes de Israel contra el pueblo palestino. Aislar a esas instituciones privaría a Israel de un arma que podría decirse que es más potente y eficaz en el día a día que todo su arsenal nuclear. Como afirma la prominente académica estadounidense Joan Scott, el boicot académico y cultural a las instituciones israelíes es una manera eficaz de exponer la verdadera naturaleza del régimen: “El país que afirma ser la única democracia en Oriente Medio está poniendo en marcha un brutal sistema de apartheid; sus políticos hablan abiertamente de la irrelevancia de los votos árabes israelíes en las elecciones, y desarrollan nuevos métodos para poner a prueba la lealtad de la población árabe israelí al Estado judío. El sistema jurídico de Israel se basa en la desigualdad entre la ciudadanía judía y la no judía; a las niñas y niños se les enseña regularmente que una vida árabe vale menos que una vida judía; sus Fuerzas Armadas interfieren en el acceso de la población palestina a la educación universitaria, la libertad de reunión y la libertad de expresión; (...) Hay que poner al descubierto la hipocresía de quienes consideran que éstas son prácticas democráticas. Un boicot académico y cultural me parece la forma de hacerlo.”

Nota: Las Directrices de PACBI para el Boicot Académico Internacional a Israel son la guía autorizada para el boicot académico a Israel y pueden leerse aquí 

Evidentemente, este planteo no está dirigido a la sociedad civil palestina, que reclama este boicot institucional. Después de todo, los oprimidos nunca eligen a sus opresores; es al revés. Debido a que el régimen de Israel y sus corporaciones e instituciones cómplices son responsables de denegar al pueblo palestino los derechos que les consagra el Derecho Internacional, y debido a que la ‘comunidad internacional’, bajo la hegemonía de EE.UU., no ha hecho rendir cuentas a Israel, hemos llamado al BDS. Cuando usted está enfermo de gripe, naturalmente debe poner el acento en la gripe para hacer el tratamiento. Sin embargo, esta acusación se hace a menudo contra académicos/as y asociaciones académicas occidentales que apoyan el boicot académico a Israel.  La principal respuesta a esto es que es falso. El columnista israelí Larry Derfner, quien reconoce que el mundo muestra una “flagrante doble moral (...) en favor de Israel”, argumenta: “Si miras los serios y dolorosos castigos que el mundo impone a las naciones opresoras, Israel no está siendo señalado, está siendo dejado de lado.” De hecho, la Unión Europea ha impuesto sanciones a muchos países, incluyendo a EE.UU., Rusia, varios estados europeos y China, pero no a Israel. El apoyo incondicional en los planos económico, académico, diplomático, militar y de otros tipos que los EE.UU. y Europa brindan a Israel lo destaca y lo coloca fuera del ámbito de la rendición de cuentas. Derfner argumenta: “Las potencias occidentales pueden castigar a Rusia, a China, a Irán, a Siria, a Corea del Norte, a Zimbabue, a Sudán, etc., pero no tocarán a Israel (aun considerando las tímidas “directrices” de la Unión Europea). De hecho, el país más fuerte del mundo no sólo no castigará a Israel por su medio siglo de tiranía sobre el pueblo palestino, sino que sigue alimentándolo con armas mientras lo protege en la ONU. EE.UU. mima a Israel −el último puesto de avanzada del colonialismo en el mundo− como pocos países han sido mimados por una superpotencia en la historia.” Esta es la razón principal por la cual las y los académicos occidentales en particular tienen la obligación moral de apoyar el boicot a Israel, incluyendo sus instituciones académicas cómplices, para compensar el hecho de que sus Estados utilizan el dinero de sus impuestos y su silencio para mantener el brutal régimen israelí de ocupación, colonialismo y apartheid.