BNC Statement

A un año de la masacre de Israel en Gaza, y a diez años del lanzamiento del movimiento BDS, trabajar por el boicot es más importante que nunca

July 8, 2015
Declaración del Comité Nacional Palestino de BDS 7 de julio de 2015 Hace un año, Israel lanzó un brutal ataque militar contra la población palestina de la ocupada y sitiada Franja de Gaza. Más de 2.200 personas murieron, entre ellas 551 niños y niñas; más de 10.000 resultaron gravemente heridas, y cientos de miles quedaron sin hogar, desplazadas por la fuerza y atrapadas dentro de Gaza.

Declaración del Comité Nacional Palestino de BDS

7 de julio de 2015

Hace un año, Israel lanzó un brutal ataque militar contra la población palestina de la ocupada y sitiada Franja de Gaza. Más de 2.200 personas murieron, entre ellas 551 niños y niñas; más de 10.000 resultaron gravemente heridas, y cientos de miles quedaron sin hogar, desplazadas por la fuerza y atrapadas dentro de Gaza. Los ataques deliberados de este tipo contra la población civil palestina son parte integral de una política israelí que busca forzar la sumisión del pueblo palestino e impedir el ejercicio de su derecho a la autodeterminación.

Implementado su doctrina Dahiya de la fuerza desproporcionada, Israel atacó deliberadamente zonas civiles enteras de Gaza, apuntando a viviendas, escuelas, hospitales y mezquitas, en un intento de infligir el mayor sufrimiento humano posible. La Comisión nombrada por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU y muchas organizaciones de derechos humanos prestigiosas han documentado cómo Israel violó el derecho internacional y llevó a cabo reiterados crímenes de guerra.

Gaza sigue bloqueada, e Israel continúa implementando contra ella una política descrita por el historiador israelí Ilan Pappé como "genocidio gradual". También continúan los ataques a menudo mortales sobre los palestinos y palestinas. La mayor parte del agua está contaminada y no se considera apta para el consumo humano; los alimentos y suministros básicos siguen siendo escasos;  y como han señalado las organizaciones palestinas, Gaza se está acercando a una situación límite irreversible.

Mientras tanto, Israel sigue trabajando sin descanso para anexar la mayor parte de la ocupada Cisjordania (incluyendo Jerusalén Este) a través de la expansión de sus colonias y del Muro, unas y otro considerados ilegales según el derecho internacional. Israel impide a los palestinos y palestinas el acceso, la residencia y el desarrollo en el este de Jerusalén, y lleva a cabo una campaña de limpieza étnica en el 60% de la ocupada Cisjordania (área C), expulsando a las comunidades rurales de sus tierras, empujándolas hacia los enclaves urbanos fragmentados y reprimiendo violentamente su resistencia popular no violenta.

Los ciudadanos y ciudadanas palestinas de Israel se enfrentan a una limpieza étnica similar, en particular en el Naqab (Negev), mientras el parlamento sigue aprobando y discutiendo más leyes racistas con el objetivo de prevenir cualquier  desafío al régimen de supremacía judía y apartheid de Israel.

Desafiar al régimen de ocupación, colonialismo y apartheid israelí

Diez años después de su lanzamiento el 9 de julio de 2005, el movimiento dirigido por la sociedad civil palestina de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) es ampliamente apoyado por movimientos sociales, organizaciones populares, sindicatos, iglesias, ONG y partidos políticos en todo el mundo, y ha comenzado a desafiar efectivamente la impunidad de Israel.

Las campañas efectivas y populares de BDS han obligado a algunas de las corporaciones más grandes del mundo -incluyendo Orange, G4S y Veolia- a retirarse gradualmente de proyectos israelíes que violan el derecho internacional. Desde importantes iglesias de Estados Unidos hasta bancos privados europeos, desinvertir de Israel se está convirtiendo en una acción aceptable y entendida como necesaria para alcanzar la libertad, la justicia y la igualdad. En América Latina, grandes contratos del Estado con empresas israelíes se han derrumbado gracias a la presión popular.

En los últimos años también las dimensiones académica y cultural del BDS han tenido un avance significativo, e importantes asociaciones académicas estadounidenses han aprobado el boicot institucional a las universidades israelíes. Lauryn Hill, Thurston Moore y otros artistas prominentes han cancelado recientemente su actuación programada en Tel Aviv, añadiendo sus nombres a una creciente e ilustre lista de artistas que incluyen a Roger Waters, Faithless, Elvis Costello -entre muchos otros- que se niegan a actuar en Israel.

El impacto del BDS ha llegado a la economía israelí. Un informe reciente de la ONU muestra que la inversión extranjera directa en Israel cayó un 46% en 2014, y uno de los autores del informe indica que esto se debió en parte al BDS. Un estudio realizado por el Instituto Rand predice que el BDS puede costarle a Israel unos 47.000 millones de dólares en diez años.

Después de soslayar al BDS como algo sin importancia, los niveles más altos del gobierno israelí ahora consideran al movimiento una "amenaza estratégica" para su régimen de opresión, y están asignando importantes recursos a la lucha contra él. La corriente se está volviendo contra el apartheid y el colonialismo israelíes, y el boicot y el aislamiento crecientes sólo terminarán cuando todos los palestinos y palestinas estén libres de la opresión racista y los refugiados y refugiadas puedan regresar.

Queda mucho por hacer

Los gobiernos -sobre todo en Occidente- mantienen su connivencia con el régimen israelí, protegiéndolo de las sanciones y manteniendo relaciones normales con él, en muchos casos en contra de la voluntad democrática de sus respectivas ciudadanías.

Así como el pueblo palestino continúa resistiendo y luchando por sus derechos inalienables, los pueblos en todo el mundo árabe y más allá siguen luchando para construir un mundo mejor. Los movimientos anti-racistas, las luchas anti-austeridad, las campañas por la justicia económica, social y ecológica en todo el mundo nos unen en la convicción de que es posible y necesario crear un mundo mejor. Si queremos tener éxito en esta tarea, tenemos que encontrar formas de profundizar y fortalecer los vínculos entre nuestras luchas.

Aunque la opresión y el despojo continúan intensificándose bajo el régimen brutal de apartheid y colonialismo de Israel, el BDS es una creciente y fundamental fuente de inspiración para el pueblo palestino. El Comité Nacional Palestino de BDS agradece profundamente los esfuerzos incansables de las y los activistas del BDS y de las organizaciones que apoyan al movimiento en todo el mundo. Ustedes nos inspiran y nos dan esperanza.

Exhortamos a la sociedad civil internacional -incluidos sindicatos, ONG, movimientos populares,  partidos políticos y parlamentarios- a unirse a nosotros para intensificar el BDS mediante:

- la construcción de campañas amplias y masivas de boicot, desinversión y sanciones contra Israel y contra las instituciones y empresas internacionales que apoyan o se benefician de sus crímenes.

- un aumento sustancial de la conciencia pública sobre el régimen israelí de ocupación, colonialismo y apartheid que oprime al pueblo palestino, y sobre el deber moral y legal de resistirlo.

- el aumento de la presión sobre los gobiernos y la ONU para que impongan un embargo militar inmediato a Israel, y suspendan los acuerdos de libre comercio y todas las formas de cooperación con Israel hasta que éste cumpla cabalmente con sus obligaciones según el derecho internacional.

Diez años después del lanzamiento del BDS, aislar al régimen israelí se ha vuelto más importante que nunca; y también más realista que nunca. Venceremos.

July 8, 2015
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